Desde los tiempos de la primera Edad de Bronce, en el tercer milenio a. c., esta tierra situada entre dos mares y dos continentes es el destino preferido de diferentes pueblos y civilizaciones. El antiguo y conocido reino de Tartessos se formó en el sur de España a partir del siglo XI a. c. bajo el influjo de los fenicios y los griegos. De esta época se cree la fundación de la ciudad mas antigua de occidente, Cádiz, a escasos 40 kms de Conil. La agricultura, la ganadería, así como la minería y la elaboración de la plata y el bronce, son las actividades preferidas por esta cultura de comerciantes.
Les suceden los turdetanos, un pueblo ibérico y después los cartaginenses, que establecen aquí sus propios poblados.
En el siglo III a. c. los romanos, tras sus victorias en las Guerras Púnicas, acaban con la soberanía de los cartaginenses, creando y dominando durante los siguientes 700 años la provincia “Bética”. Andalucía abastece al imperio romano con alimentos, aceite, vino y metales. El filósofo Séneca y los dos primeros emperadores nacidos fuera de Roma proceden de Itálica (Provincia de Sevilla): Trajano y Adriano. A partir del siglo III a. c. Roma se orienta hacia el oeste (Constantinopla).
Tras la caída del Imperio Romano, llegan los vándalos, que proceden del norte germano. En lucha con el futuro pueblo musulmán, se cree que es de esta época el nombre de la comarca: Vandalucía. La hegemonía germana no dura mucho, siguiéndole en la conquista los visigodos, quienes bajo el reinado de Alarico II se establecen en la península Ibérica y conocen su mayor apogeo en tiempo de los obispos Leandro e Isidoro.
Siglo XIII, 1248
La crisis del siglo XVIII comienza con la Guerra de Sucesión Española, en cuyo transcurso Inglaterra asaltó Gibraltar. La corte de Felipe V, el primer rey de la dinastía de los Borbones, se establece durante algunos años en Sevilla. A mediados de este siglo surgen las primeras ideas de la Ilustración. En 1788 Cádiz pierde su hegemonía en el comercio con las indias. A principios del siglo XIX, Andalucía sufre los efectos de las guerras napoleónicas, que afectan a todo el continente. El imperio colonial español se desmorona, al mismo tiempo que en las Guerras Carlistas se vuelve a la lucha por la sucesión al trono. A mitad de siglo se produce una revuelta social y con ella la revolución liberal. Tras dos años de gobierno de la Primera República, es restaurada la monarquía. A finales del siglo XIX vuelven las revueltas campesinas y los levantamientos en Andalucía. La guerra con los Estados Unidos pone el punto y final al imperio colonial. La corona española pierde Cuba, Puerto Rico y Filipinas.
Felipe V, primer rey de la casa Borbón. Desmembramiento de los reinos españoles
En la primera mitad del siglo XX España sigue siendo un país básicamente agrario. Durante este tiempo el país se verá envuelto en revueltas sociales y en conflictos internos. A la dictadura de Primo de Rivera le sigue la Segunda República. Mientras que las dos guerras mundiales no le afectan militarmente, el país no puede evitar la Guerra Civil. Con la victoria de los nacionales, el general Franco llega al poder y con él la dictadura, que se prolonga hasta su muerte en 1975. Con la proclamación de Juan Carlos I como rey de España y la restauración de la democracia, se abren muchas nuevas posibilidades para todas las regiones españolas. Así, Andalucía obtiene el estado de región autonómica tras su referéndum del 28 de Febrero de 1982. El creciente auge económico y social que se había producido en los años sesenta y setenta, se verá intensificado, sobre todo en el sur, por el fuerte incremento del sector turístico. Desde la entrada de España en la Unión Europea se han abierto también nuevas perspectivas para la agricultura.